Resulto ser que desde que Alberto cayó al pozo,por las noches se oían gritos y cosas raras. Por eso todo el pueblo a esas horas recordaba aquel trágico momento. Todo el mundo se preguntaba como podía haber aparecido esa botella con aquel misterioso papel.
Lo que nadie se imaginaba era que mientras tanto, el pequeño Alberto estaba vivo, sin haber crecido, y más contento que todos los del pueblo. La verdad es que ni Alberto sabia lo que le había pasado. Pero desde que se cayó podía estar en el agua sin respirar más tiempo, practica mente como si fuese un pez.
Un día un vecino del pueblo vio un anfibio medio humano y avisó a todos. Los demás vecinos acudieron corriendo y destaparon el pozo. Intentaron hablar con él y lo consiguieron. Después de un rato descubrieron que él era Alberto. Este les contó que se quedo inconsciente y para cuando se volvió a despertar ya habían cerrado el pozo. Entonces dejo de ir agua potable. Debido a eso, de tanto estar en el agua había descubierto que había sufrido una mutación. Tuvo interés por saber de donde venían esos vertidos tóxicos. Vio que eran de una industria, allí encontró un bolígrafo, una botella y un papel. Entonces decidió escribir para que supieran que el estaba bien
Al cabo de un tiempo, unos científicos le devolvieron su aspecto normal. Ahora Alberto es un excelente buceador.
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